Pues aquí está, después de mucho tiempo y una mudanza eterna, el secreto mejor guardado, la receta por la que todos me preguntáis, y esa por la que la casa se llena de gente, esa receta que no puede faltar en los desayunos de las quedadas de fin de semana, ¡¡Mananenas!!

No, no lo he escrito mal, en mi casa ese es el nombre que recibe este manjar lleno de tradición y uno de los culpables de mi amor por la reposteria. Bueno realmente los culpables sois vosotros que podéis llegar a pelear por ellas.

Ingredientes:

• 7 huevos
• 750gr de azúcar
• 375 ml. leche
• Aceite
• Ralladura de limón
• 1 cc. esencia de vainilla
• Harina
• 4 sobres enteros de gaseosas

Separar las yemas de las claras y batirlas a punto de nieve con la mitad del azúcar.

Batir las yemas en otro bol con el resto del azúcar. Ir añadiendo de a uno el aceite, la leche, la ralladura de limón y la esencia de vainilla, hasta que todo quede bien integrado. Una vez mezclado, ir echando poco a poco la harina tamizada con las gaseosas hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos.

Echar las claras sobre la mezcla de las yemas en dos o tres veces con la espátula o pala para que no se caigan las claras con movimientos envolventes. Por último podéis potenciar más el sabor añadiendo el zumo de medio limón.

Colocar la mezcla en los moldes y meter al horno a 175ºC, con calor arriba y abajo, durante 15-20 minutos, dependiendo de cada horno.

Dependiendo del tamaño de vuestros moldes, esta masa da para unas 70 magdalenas, lo hago a mano porque el vaso de mi amasadora es pequeño. Podéis probar a dividir la masa para que salgan menos, pero en mi caso no quedaron con la misma textura.

CONSEJO: Una vez puesta la masa en los moldes, podéis echar una cucharadita de azúcar para que quede mas rústico, o echarle pepitas de chocolate. También podéis sustituir una parte de harina por cacao para hacer magdalenas de chocolate.

TRUCO: Si no tenéis bandejas de horno especiales de magdalenas, os valen los moldes de flan de aluminio, de esa manera no se os deformaran y también son reutilizables